domingo, 23 de marzo de 2014

La Primavera Y el Hígado




 La primavera está aquí. Es tiempo de brillar como el sol. Salir y jugar; bailar nuestra danza. Es la estación del nacimiento, el tiempo para el crecimiento y el desarrollo.

 Para los próximos seis meses, la luz del día, el sol y el principio yang dominarán nuestras vidas.

    Es una buena estación para "revisar"  nuestra vida y hacer nuevos planes. Qué cosas queremos aclarar o superar, tanto del medio que nos rodea como dentro de nosotros mismos ¿qué deseamos que pase en este año?
    Ahora puede ser un nuevo comienzo. Organiza tu tiempo para escribir un nuevo plan de vida/salud, incluyendo metas para cómo nos gustaría sentirnos y qué podríamos hacer para que pasara.

La primavera es la estación verde. Es el tiempo para plantar. Las semillas empiezan a germinar  desde las profundidades del suelo, toda la naturaleza despierta floreciendo hermosamente. El nuevo crecimiento también está en nuestra vida.
Nosotros y la naturaleza podemos florecer conjuntamente en esta estación.

   En el sistema chino de los Cinco Elementos, la estación de la primavera está correlacionada con el elemento madera, en el cual gobierna la vesícula biliar y el hígado.
   La naturaleza de la primavera y el elemento madera se describe como el comienzo o el crecimiento, En términos mentales, esto se corresponde al concepto de la “idea”.
El elemento madera crea nuestra claridad mental y nuestra habilidad para focalizarnos, planificar y hacer decisiones.
   El elemento madera se refiere a las entidades vivas y a las que están en crecimiento: los árboles, las plantas y el cuerpo humano. El desarrollo de la estructura de las raíces, así como su temprana nutrición a través del sol, el aire, agua, y la tierra, proveen la fuerza y el crecimiento al organismo. Cada entidad tiene sus requerimientos individuales en estas áreas.

    Según la Medicina Tradicional China, el hígado es un órgano vital con una característica espiritual a la que denominan hun y que está relacionada con el alma etérea.
        


     Cada una de las zonas del cuerpo, y en especial los cinco órganos principales (bazo, hígado, pulmones, corazón y riñón), tiene unos atributos espirituales específicos. Son el lugar donde se encarnan o residen determinados aspectos espirituales vinculados a nuestra personalidad.
     Hun es,  según los chinos, el alma inmortal que asciende a los cielos cuando fallecemos. Todas las tradiciones  religiosas de todas las culturas del mundo consideran  que el cuerpo mortal alberga un alma que, cuando uno muere, se dirige a un mundo invisible, etéreo, celestial. Todas las tradiciones coinciden en que el espíritu humano se dirige hacia la luz, que influye una atracción y un movimiento ascendente en el alma.
     El alma etérea, hun, es también la responsable de nuestros sueños y de los viajes oníricos y espirituales que hacemos mientras dormimos, por eso a menudo en nuestros sueños tenemos la sensación de flotar, de estar volando.
    Un hígado sano y en armonía está directamente relacionado con virtudes humanas como generosidad, el altruismo, la capacidad creativa, la paciencia, la tolerancia, la capacidad de planificación y proyección, el afán de expansión de la conciencia, la sed de conocimiento y la curiosidad científica o cultural. Todos estos aspectos definen igualmente el concepto hun, el espíritu inmortal, que se alberga en el hígado.
   
        El hígado delimita nuestra zona más básica e instintiva (la zona digestiva e intestinal) con el área que está más abierta  al otro, al cosmos: la zona cardíaca. El hígado constituye un paso fronterizo que protege, cuida y filtra que no entre nada inadecuado en la zona del corazón, que su aspecto físico filtra e impide  que entre cualquier sustancia tóxica en la sangre, filtrando y transformando el quilo (sangre proveniente de los intestinos, de la digestión) en sangre <<verdadera>>.
     Tanto a nivel físico como energético, el hígado es el filtro <<creador>> y reserva de sangre, protector del corazón, que es donde radica la mente, la conciencia, el espíritu superior, el shen, según la Medicina Tradicional  China.

                                     Nutrirnos correctamente.
La primavera es una oportunidad para observar los viejos patrones en nuestra vida con una nueva conciencia. Así, que detengámonos en uno de los más importantes recursos de energía para nosotros: los alimentos. 

La manera en que comemos es una parte significativa de la dieta saludable. Hay que tomarse un momento para relajarse antes de comer, esto prepara el cuerpo para recibir completamente todos los nutrientes de nuestra comida. No deberíamos comer cuando estamos tensos o trastornados o en un medioambiente estresante. Respiremos profundamente, mastiquemos bien, comamos solo lo que necesitamos y tomemos tiempo para digerir los alimentos.

Los alimentos de los cuales podemos extraer energía más fácilmente son los “no procesados”, o sea, los alimentos integrales, tales como las frutas y vegetales frescos, semillas, cereales, ect.
Mientras más natural es el alimento, más fácil es para nuestro cuerpo digerirlo y asimilarlo, aportándonos la energía necesaria para que nuestras células trabajen.
                                              
                                                Yoga y Salud
                                   

   Estudios científicos han demostrado que la práctica regular del Yoga tiene capacidades curativas para poder prevenir enfermedades, promoviendo la energía y sanando.
   La práctica de las asanas Yóguicas asegura el funcionamiento saludable  y equilibrado  de todos los sistemas del Ser humano.
    Las estaciones cambian, nosotros cambiamos. Cuando nos alejamos de las leyes de la naturaleza, o nos resistimos al cambio, encontramos dificultades. Si aprendemos a vivir dentro de estas leyes reconoceremos a la salud como nuestra amiga.




No hay comentarios:

Publicar un comentario