La primavera está aquí. Es tiempo de brillar
como el sol. Salir y jugar; bailar nuestra danza. Es la estación del
nacimiento, el tiempo para el crecimiento y el desarrollo.
Para los próximos seis meses, la luz del día,
el sol y el principio yang dominarán nuestras vidas.
Es una buena estación para "revisar" nuestra vida y hacer nuevos planes. Qué cosas queremos aclarar o superar,
tanto del medio que nos rodea como dentro de nosotros mismos ¿qué deseamos que
pase en este año?
Ahora
puede ser un nuevo comienzo. Organiza tu tiempo para escribir un nuevo plan de
vida/salud, incluyendo metas para cómo nos gustaría sentirnos y qué podríamos
hacer para que pasara.
La primavera es la estación verde. Es el tiempo para plantar. Las semillas empiezan a germinar desde las profundidades del suelo, toda la naturaleza despierta floreciendo hermosamente. El nuevo crecimiento también está en nuestra vida.
La primavera es la estación verde. Es el tiempo para plantar. Las semillas empiezan a germinar desde las profundidades del suelo, toda la naturaleza despierta floreciendo hermosamente. El nuevo crecimiento también está en nuestra vida.
Nosotros y la naturaleza
podemos florecer conjuntamente en esta estación.
En el sistema chino de los Cinco
Elementos, la estación de la primavera está correlacionada con el
elemento madera, en el cual gobierna la vesícula biliar y el hígado.
La naturaleza de la primavera y el elemento
madera se describe como el comienzo o el crecimiento, En términos mentales,
esto se corresponde al concepto de la “idea”.
El elemento madera
crea nuestra claridad mental y nuestra habilidad para focalizarnos, planificar y
hacer decisiones.
El elemento madera se refiere a las entidades vivas y a las que están en
crecimiento: los árboles, las plantas y el cuerpo humano. El desarrollo de la
estructura de las raíces, así como su temprana nutrición a través del sol, el
aire, agua, y la tierra, proveen la fuerza y el crecimiento al organismo. Cada entidad tiene sus requerimientos
individuales en estas áreas.
Según la Medicina Tradicional China, el hígado es un órgano vital con una característica espiritual a la que denominan hun y que está relacionada con el alma etérea.
Cada una de las zonas del cuerpo, y en
especial los cinco órganos principales (bazo, hígado, pulmones, corazón y
riñón), tiene unos atributos espirituales específicos. Son el lugar donde se
encarnan o residen determinados aspectos espirituales vinculados a nuestra
personalidad.
Hun es,
según los chinos, el alma inmortal que asciende a los cielos cuando
fallecemos. Todas las tradiciones
religiosas de todas las culturas del mundo consideran que el cuerpo mortal alberga un alma que,
cuando uno muere, se dirige a un mundo invisible, etéreo, celestial. Todas las
tradiciones coinciden en que el espíritu humano se dirige hacia la luz, que
influye una atracción y un movimiento ascendente en el alma.
El alma etérea, hun, es también la
responsable de nuestros sueños y de los viajes oníricos y espirituales que
hacemos mientras dormimos, por eso a menudo en nuestros sueños tenemos la
sensación de flotar, de estar volando.
Un hígado sano y en armonía está
directamente relacionado con virtudes humanas como generosidad, el altruismo,
la capacidad creativa, la paciencia, la tolerancia, la capacidad de
planificación y proyección, el afán de expansión de la conciencia, la sed de
conocimiento y la curiosidad científica o cultural. Todos estos aspectos
definen igualmente el concepto hun, el espíritu inmortal, que se alberga en el
hígado.
El hígado delimita nuestra zona más básica
e instintiva (la zona digestiva e intestinal) con el área que está más
abierta al otro, al cosmos: la zona
cardíaca. El hígado constituye un paso fronterizo que protege, cuida y filtra
que no entre nada inadecuado en la zona del corazón, que su aspecto físico
filtra e impide que entre cualquier sustancia
tóxica en la sangre, filtrando y transformando el quilo (sangre proveniente de
los intestinos, de la digestión) en sangre <<verdadera>>.
Tanto a nivel físico como energético, el
hígado es el filtro <<creador>> y reserva de sangre, protector del
corazón, que es donde radica la mente, la conciencia, el espíritu superior, el
shen, según la Medicina Tradicional
China.
Nutrirnos correctamente.
La primavera es una oportunidad para
observar los viejos patrones en nuestra vida con una nueva conciencia. Así, que
detengámonos en uno de los más importantes recursos de energía para nosotros:
los alimentos.
La manera en que comemos es una parte significativa de la dieta saludable. Hay que tomarse un momento para relajarse antes de comer, esto prepara el cuerpo para recibir completamente todos los nutrientes de nuestra comida. No deberíamos comer cuando estamos tensos o trastornados o en un medioambiente estresante. Respiremos profundamente, mastiquemos bien, comamos solo lo que necesitamos y tomemos tiempo para digerir los alimentos.
Los alimentos de los cuales podemos extraer energía más fácilmente son los “no procesados”, o sea, los alimentos integrales, tales como las frutas y vegetales frescos, semillas, cereales, ect.
Mientras más natural
es el alimento, más fácil es para nuestro cuerpo digerirlo y asimilarlo,
aportándonos la energía necesaria para que nuestras células trabajen.
Yoga y Salud
Estudios científicos han demostrado que la
práctica regular del Yoga tiene capacidades curativas para poder prevenir
enfermedades, promoviendo la energía y sanando.
La práctica de las
asanas Yóguicas asegura el funcionamiento saludable y equilibrado
de todos los sistemas del Ser humano.
Las
estaciones cambian, nosotros cambiamos. Cuando nos alejamos de las leyes de la
naturaleza, o nos resistimos al cambio, encontramos dificultades. Si aprendemos
a vivir dentro de estas leyes reconoceremos a la salud como nuestra amiga.
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