Es posible, como anotan en
algunos libros, que seamos ángeles caídos, o ángeles en ciernes a la espera de sus alas, o
a la espera de que Dios se fije en nosotros, nos ilumine en su mirada y nos
redima para siempre.
Quizás por ello todos llevamos dentro de nosotros la aspiración de la
trascendencia y la elevación a los planos superiores, y es precisamente en
dicha aspiración que intervienen los Ángeles, trayéndonos la buena nueva de que
la divinidad nos espera.
Los ángeles son, por tanto, guías
de luz que nos aguardan del otro lado y que nos ayudan y protegen en esta vida
terrenal para que no nos perdamos en el duro camino de la existencia.
Cada religión, cada pueblo y cada cultura han creado su propia jerarquía
divina y angelical, desde los caldeos hasta los vikingos, y desde el lejano
Oriente hasta el Occidente cercano. Nosotros, influenciados por la cultura
judeo-Cristiana, vemos a los Ángeles dentro de la jerarquía indicada por los
cabalistas y los monjes del medievo, con Dios a la cabeza, seguido por los Ángeles creadores bajo los cuales se
encuentran las tres jerarquías con sus respectivos Coros, que a su vez cuentan
con sus Huestes.
Los más cercanos a los seres humanos
pertenecen a la Tercera Jerarquía, y entre ellos podemos encontrar a los
Arcángeles y a los Ángeles que siempre han estado intercediendo por los
humanos.
Los Ángeles nos ayudan señalándonos con sus virtudes, su amor y sus consejos
el camino más elevado y positivo de nuestro destino, al tiempo que nos protegen
del caos, el conflicto y el mal, para que nuestro ser interno evolucione
favorablemente tanto en esta vida como en la próxima, y de esta manera podamos
ascender con nuestro ser interno hasta las alturas
celestiales que la divinidad nos tiene reservadas para que, el día de mañana,
nosotros también seamos Ángeles.
Mi Ángel de la Guarda
La primera información de los Ángeles guardianes que llegó a mi vida, tuvo
lugar en mi adolescencia, esa etapa la
viví junto a dos maravillosos seres de
luz, mi abuela María y mi bisabuela
Rosa, cada noche antes de dormir en la habitación, a la luz de las velas, los
tres invocábamos a nuestro Ángel Guardián, recuerdo perfectamente la oración,
como si fuera en este momento; <<Ángel de la guarda, dulce compañía, no
me abandones, ni de noche, ni de día, no
me dejes sólo que sin ti me perdería. Cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos que me las Guardan. >>
La atmósfera que se creaba en el dormitorio, era algo mágico, había
armonía, paz y contento. Mis sueños eran felices, protectores y llenos de amor.
Cuando el Alma de mi bisabuela Rosa se separó
de su cuerpo físico, me encontraba a tres mil kilómetros de distancia, y sin embargo, en ese preciso momento le sentí
muy cerca, su Alma no podía partir sin despedirse de mi, me dijo: debes seguir siendo fuerte, pues tu
lo eres, cumple con tu misión en este plano terrenal, muchos seres humanos
necesitan de tu amor, de tu sonrisa, de tu luz. Recuerda que, siempre estaré junto a ti. Te amo.
Mis
ojos se llenaron de lagrimas, mi parte
racional y mi juventud, no querían aceptar el desapego de un Ser tan importante
en mi vida.
Al día siguiente, un amigo fue el encargado de darme la noticia, pero
antes de que este comenzara a hablar yo le pregunté: ¿me vas a contar, que mi abuelita Rosa ha pasado a otro
plano?, ¿Verdad?, el rostro de mi amigo cambio de color, ¿Cómo lo sabes?, no,
no…le dije, sólo tengo una sensación.
Cuando hable con mi madre, me contó, que las ultimas
palabras de abuela Rosa, antes de dejar
su cuerpo físico, fueron dirigidas hacia mi persona.
A partir de ese momento, tome conciencia de que mi principal Ángel
de la Guarda es, mi Abuela Rosa. Y, así es, siempre está conmigo, en cada instante, en cada situación, ella me ha enseñado… tantas
cosas. Me guía con esa inigualable paz interior que sólo ella tiene, con sus dulces y amables palabras para todos.
Su orientación en mi evolución como Ser humano me permite, que mi alma sea libre. Yo también Te Amo.
Los Ángeles están llenos de
información práctica y amor para nosotros. Son seres inteligentes, capaces de
sentir. Son una especie diferente a la especie humana. Existen en una
frecuencia vibratoria levemente más fina que aquella con la que nuestros
sentidos físicos están afinados. Esto significa que no podemos percibirlos
comúnmente con nuestros ojos y oídos, pero ellos si pueden percibirnos a
nosotros.
Ramón Padilla
Es posible, como anotan en
algunos libros, que seamos ángeles caídos, o ángeles en ciernes a la espera de sus alas, o
a la espera de que Dios se fije en nosotros, nos ilumine en su mirada y nos
redima para siempre.
Quizás por ello todos llevamos dentro de nosotros la aspiración de la
trascendencia y la elevación a los planos superiores, y es precisamente en
dicha aspiración que intervienen los Ángeles, trayéndonos la buena nueva de que
la divinidad nos espera.
Los ángeles son, por tanto, guías
de luz que nos aguardan del otro lado y que nos ayudan y protegen en esta vida
terrenal para que no nos perdamos en el duro camino de la existencia.
Cada religión, cada pueblo y cada cultura han creado su propia jerarquía
divina y angelical, desde los caldeos hasta los vikingos, y desde el lejano
Oriente hasta el Occidente cercano. Nosotros, influenciados por la cultura
judeo-Cristiana, vemos a los Ángeles dentro de la jerarquía indicada por los
cabalistas y los monjes del medievo, con Dios a la cabeza, seguido por los Ángeles creadores bajo los cuales se
encuentran las tres jerarquías con sus respectivos Coros, que a su vez cuentan
con sus Huestes.
Los más cercanos a los seres humanos
pertenecen a la Tercera Jerarquía, y entre ellos podemos encontrar a los
Arcángeles y a los Ángeles que siempre han estado intercediendo por los
humanos.
Los Ángeles nos ayudan señalándonos con sus virtudes, su amor y sus consejos
el camino más elevado y positivo de nuestro destino, al tiempo que nos protegen
del caos, el conflicto y el mal, para que nuestro ser interno evolucione
favorablemente tanto en esta vida como en la próxima, y de esta manera podamos
ascender con nuestro ser interno hasta las alturas
celestiales que la divinidad nos tiene reservadas para que, el día de mañana,
nosotros también seamos Ángeles.

Buenos dias Ramón, no me conoces y nunca has escuchado hablar de mi. Decirte que me ha encantado este mensaje que has dejado. Tu blog me parece muy interesante. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Mari Carmen, basado en las experiencias vividas con Mi Bisabuela Rosa. Un abrazo
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