Un día cuando conversaba con un
amigo, cuando nuestras palabras salían del alma, cuando buscaba unas palabras
de aliento para calmar sus adentros, dime cuenta de que la verdadera sabiduría,
no es sólo aquella que está escrita.
Dime cuenta de que cada uno es
fuente de saber, que todos somos lo que queremos ser. Dime cuenta de que, en
este viaje de la vida, aprendes más de ti cuando compartes tu ser con otros,
porque solo así eres capaz de conocerte a ti mismo, de saber lo que llevas
dentro, de saber si la energía que fluye en ti es tan bella y fuerte como la de
la Aurora, si
tu interior es tan resplandeciente y hermoso como los colores que se disipan en
el cielo antes de salir el Sol.
Si en este viaje de energías,
tu dirección e intensidad son dirigidas a hacer el bien, serás fuente de energía
para los demás, pero sobretodo para ti
mismo.
Si tu Yo, si tu Ser es, sin
apariencia ni disfraz, si consigues quererte y amarte; no como Narciso, que
sólo se veía a si mismo, sino como el niño que ama a una madre, como un anciano
que ama la flor o como el padre que protege a sus hijos, serás dichoso, porque
serás parte del cosmos.
Una vez en este viaje de la vida, en este viaje de energía, decidí
caminar solo. Sentía un gran ahogo, un sin sentido de este viaje, perdí la
orientación, no miraba el sol, no miraba el mar, no admiraba las estrellas, la
luna, no escuchaba el trinar de los pájaros. Cerré la salida así como cerré la
entrada de energía del entorno, del resto del cosmos. Es como cuando estas en medio de una multitud
y te sientes solo. Somos energía, todo es energía, y como dijo una vez alguien que debió ser un
gran sabio, “Renovarse o morir”.
Hay que avanzar, al ritmo del
Universo, de la Naturaleza,
en armonía con el Sol, la luna, las estrellas, al son del amar y el río.
Hay que sanear nuestro
interior para despertar la consciencia y la vía del entendimiento. Avanzar y no
quedarnos estancados como si de cuerpos inertes se tratase.
Debemos saber despertar la Aurora que hay en cada uno
de nosotros, y dejar que nuestra energía
cósmica fluya, que produzca la
influencia en nosotros mismos y en nuestro entorno, porque somos cuerpos
formados por la energía del cosmos.
Permite que la Aurora
despierte tu energía cósmica.
Ramón Padilla (Omkar)
Gracias por este escrito con el que estoy muy de acuerdo con todo lo que dices.
ResponderEliminarmuchas Gracias a ti Mari Carmen, es un placer compartir mis momentos de reflexiones.
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